Carta de Mario
Testimonio de Mario, profesor universitario

Estimada Marcela:
Ha sido un gusto volverte a ver, desde aquellos tiempos en que eras mi alumna en la Universidad. Lo encuentro increíble: yo, el profesor; tú, la alumna. Sin embargo, esta vez, la gran lección me la diste tú a mí.
Me refiero a que siempre te recordé por tu participación en el deporte en Chile, no obstante, cuando tuve el gusto de volverte a encontrar, estabas dedicada al arte y a la creación. Digo esto, porque el hecho de ser Sommelier de té y preferentemente Tea Blender, hace que todos los días generes combinaciones de este árbol maravilloso y crees una taza de té que nunca más será igual. El té que me serviste una vez, nunca más lo volveré a saborear, me lo preparaste a mí y nadie más en este planeta probará la misma combinación. Es notable, no tomé una taza de té, sino que una creación.
La gran lección a que refiero que tú me diste, fue que hiciste que me diera cuenta de que una taza de té, que tomo toda mi vida y más de una vez al día, la preparo con poco cariño por mí mismo. Lo hago muy mal con mi té diario: he vivido buscando un té en bolsita, que sea barato, que la bolsita “tiña” y que alcance para varias tazas e incluso veía un comercial en que una bolsita de té alcanzaba para toda la gente de una larga mesa. Qué tontera más grande.
¿Cuál fue la lección que me diste?
Me hiciste reflexionar respecto de si realmente me trato bien y por ejemplo me hiciste pensar cosas como las siguientes:
Como soy fanático del café, compro café de la mejor calidad, los amigos me traen café del extranjero, lo muelo yo mismo, cierro los ojos al sentir su aroma, pero en el té … ”tomo de bolsita que tiña harto”….
Respecto de los destilados, soy fanático del wisky escocés, ni siquiera le agrego hielo para no contaminarlo con agua, le sirvo a mi compadre cuando me visita y le muestro la botella para que sepa que el wisky que se está tomando, es el mejor, pero cuando le sirvo té, le sirvo del “té que tiñe harto y lo usamos para las dos tazas” ..que ridiculez…!!!
Soy muy exigente en los restaurantes, pido que todo venga fresco y bien servido, exijo que me traigan aceite de oliva virgen y no de cualquier marca, pero al terminar pido un té o una infusión y me traen una caja con bolsitas, y claro, otra vez elijo la marca que “tiñe harto”…
También entré en la dinámica actual de comprar agua envasada, sana, sin sarro, sin cloro, todo muy sano, es decir, cuido lo que bebo, pero una vez más, tomo té de una bolsa de papel, ¡¡¡¡ preparado para que tiña mucho !!!!, me siento muy contradictorio conmigo mismo….
Así que, por eso, agradezco que me hayas dado la lección respecto al té, que es una oportunidad más para tratarme bien, para quererme y cuidar mi salud disfrutando de este brebaje tan exquisito, bebida que me has enseñado a apreciar y disfrutar.
No tenía claro la gran variedad de tes que hay, que puedo probar y consumir diferentes variedades o combinaciones y que no siempre lo que me sirvieron, era realmente té…
Aprendí a usar el infusor, la temperatura del agua, que puedo tomarlo frío, tibio, caliente y poder adquirir tés de buenísima calidad y que también puedo cerrar los ojos y sentir un rico aroma al disfrutar una buena taza de té.
Ahora ando contando a todos mis conocidos y hasta a mis alumnos, que no dejen de conocer las bondades del verdadero té y de darse el gusto de tratarse bien. Porque una buena taza puede ser mucho más que una bebida: puede ser un gesto de cariño hacia uno mismo.
Marcela, un gusto increíble volverte a encontrar.
Un abrazo muy cariñoso y te dejo ahora, porque me serviré un tecito.
Mario